Cinco minutos de paz

Cinco minutos de paz


Cuántas veces habremos deseado en un día estresante tener cinco minutos de paz.

Esto es lo que le ocurre a Mamá Grande, una elefanta que solo quiere estar tranquila unos minutos. Pero tener tres hijos, no le va a facilitar mucho su deseo.

Mientras los tres pequeños desayunan, y de paso ponen la cocina patas arriba, Mamá Grande decide coger el periódico y su desayuno. 


Pero no pudo llegar muy lejos, ya que los elefantitos deciden acompañarla. Ella tan solo quería ir al baño, y aunque les pidió esos cinco minutos de paz sin ellos, no iba a ser fácil conseguirlos.


Cuando llegó al baño y parecía estar en calma, el silencio desapareció con la flauta de Lester.

Claro, si él podía tocar la canción, Laura tenía derecho a leer una página del libro de lectura (una página o cuatro y media).

Y esto llevó a que el pequeño le dejara todos sus juguetes en el agua calentita.

Y casi sin darse cuenta, se le estaban comiendo el pastel, le habían quitado el periódico y se habían metido en la bañera…



Así que sus menos de cinco minutos de paz, los pasó en la cocina, cuando consiguió escaparse de la bañera.

De manera natural la mamá les pide a sus pequeños esa calma que necesita. Lo hace sin perder los papeles, sin ponerse nerviosa, respetando también que los niños quieran estar con ella.

Un texto sencillo y cotidiano nos acerca a la realidad de cualquier casa. Las ilustraciones tiernas reflejan muy bien los estados de ánimo de cada uno de los personajes de la historia.

Imaginamos que muchos de vosotros os sentís identificados con la pobre elefanta. A veces es complicado conseguir tener esos cinco minutos de paz y tranquilidad.

Todos, grandes y pequeños, necesitamos esos cinco minutos para nosotros mismos.

Es maravilloso recuperar un libro que fue escrito e ilustrado por Jill Murphy hace 30 años.

(Jill Murphy, Kalandraka,2016. Citado por Isabel, H, 2017).

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